La pequeña María hacía su Primera Comunión y esta no era una comunión cualquiera. Esta vez la mesa dulce la prepararíamos entre su madre, mi amiga especial Cinti y una servidora, cada una nos encargaríamos de una parte, a mi me tocaría los macarons, una galletas preciosas y su tarta personalizada.
Pues manos a la obra empezando por los macarons que serían los típicos de almendra, con varios colores, y varios rellenos, unos irían rellenos de ganache de chocolate con leche, otros de ganache de chocolate blanco y otros de frosting de fresa, quedaron geniales y a todos les encantó.
Lo siguiente serían unas galletas de vainilla y mantequilla con la personalización de la pequeña, ademas de unas flores en los tonos que su madre quería, preciosas y riquísimas.
Y mi última parte, sería la tarta de la celebración que sería una tarta falsa para simular el corte de la misma, empezando por el modelado de la protagonista de la celebración.
La tarta tendría dos pisos, el de abajo sería con unas tiras de fondant sobre fondo blanco en rosa y celeste, además de blanco y unas florecillas en los tonos en los que iría la mesa de comunión, ademas en el piso superior que tanbién sería sobre fondo de color blanco, colocaría en la parte delantera el nombre de la pequeña en rosa y blanco en un cartel con un lazo y en todo el contorno de la tarta las mismas flores que en el piso de abajo en los mismos tonos y una lazo de unión entre piso y piso, espectacular.
Ya solo quedaba añadir los cakepops de mi amiga, sus cupcakes, más galletas y todas las chuches y adornos que llevaría la mesa de María para que quedara genial.
Pasamos un par de días geniales en Huelva para la Comunión como siempre porque son geniales todos, como una familia, desde el más pequeño hasta el más mayor.
Ya estamos deseando de volver.
Muchos besos a María por su Comunión y gracias a mi amiga Cinti por contar conmigo para que le montara la mesa de su hija junto con todos los que nos ayudaron.
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